Corrección de estilo y ortotipográfica

–Me dijo “nececitas un corrector” pero nunca supe porqué –se encogió de hombros.

Probablemente has detectado algún fallo en el texto de cabecera. Tal vez todos. Es posible que hayas dudado en alguno. Sin embargo, a lo largo de un texto de 70 000 palabras es muy posible que se te pasen numerosas erratas, que no hayas utilizado los signos adecuados o que tu estilo haya pasado por malas rachas de vez en cuando. La utilidad del corrector es innegable y puede equilibrar la balanza a la hora de mostrar tu obra a muchos lectores y editores.

¿Cómo? ¿Que qué errores hay en el texto de más arriba? Está bien. 😛

—Me dijo: «Necesitas un corrector», pero nunca supe por qué. —Se encogió de hombros.

Como veis, hay 7 errores:

  1. raya y no guion
  2. comillas latinas y no inglesas
  3. necesitas
  4. coma antes de pero
  5. por qué o el porqué
  6. punto antes del inciso con verbo no dicendi
  7. inicio en mayúscula en los incisos con verbos no dicendi

También podríamos discutir sobre la mejor forma de citar con estilo directo, pero eso es otra historia. La cuestión es que a veces se te van los dedos y escribes mal palabras que sabes perfectamente cómo se escriben, pero al leerlo después no te das cuenta. También hay expresiones que no sabes que las utilizas de forma incorrecta porque crees con toda la fuerza de tu corazón que son tal y como tú las usas. Contratar una corrección no solo te va a proporcionar la paz mental de saber que tu texto estará correcto; además, aprenderás un montón de cosas y mejorará mucho tu redacción, porque empezarás a detectar vicios y fallos que no sabías que tenías.

El momento perfecto

La corrección profesional debería ser el último paso antes de enviar el texto a una editorial o encargar la maquetación. El manuscrito tiene que ser definitivo, ya que no tiene sentido contratar una corrección si luego vas a reescribir.

Así que asegúrate de que has hecho todos los cambios necesarios y, si quieres un informe de lectura, pídelo antes. Además, hay dos tipos de corrección: de estilo y ortotipográfica. Es posible que, por alguna razón, decidas hacerlas por separado en lugar de juntas. Si ese es tu caso, el orden que debes seguir es: primero estilo y la ortotipográfica siempre para el final.

¿No terminas de saber cuál es la diferencia o cómo funciona esto de la corrección? Cero dramas. Yo te lo explico.

Tipos de corrección

Te haré un resumen: pide una corrección completa. Pero vamos a desarrollar un poco, ¿verdad?

Estilo

Primero un aviso: a veces algunas competencias tienen una barrera difusa entre ellas, por lo que un corrector puede, en momentos puntuales, realizar cambios propios de una revisión de estilo cuando hace una ortotipográfica y viceversa. Dicho esto, la corrección de estilo tiene en cuenta sobre todo la gramática y el léxico.

En cuanto a la gramática, lógicamente tengo en cuenta todas las incorrecciones, como por ejemplo errores de concordancia, tiempos verbales, preposiciones, complementos, solecismos y fallos de sintaxis en general. Según tu región de origen, es muy normal que domines unas normas y, a cambio, tengas dificultades con otras. Son muy frecuentes los leísmos y sus hermanos, preposiciones que no rigen con ciertos verbos, usos intransitivos de verbos transitivos, etc. Por eso, un dato que me interesa saber cuando me pides una corrección es tu país o región, ya que me ayuda a decantarme por un uso u otro de algunas palabras.

En cuanto al léxico, son muchas las palabras que se emplean con un sentido que no es el suyo. Al menos hasta que esta incorrección sea tan popular que no quede más remedio que aceptarla. Esto sucede con palabras como deleznable, adjetivo que se empleaba para algo que fuera quebradizo o de poca consistencia y que, con el tiempo y el uso, ha terminado registrando la acepción mayoritaria de ‘despreciable o censurable’. También hay equivocaciones muy sutiles, como con algunos verbos que no tienen el significado deseado según se refieran a algo o a alguien (×he superado a mi ex si lo que se quiere decir es he superado mi ruptura con mi ex) o según ligeras diferencias (aspirar a comandante no es lo mismo que aspirar al comandante).

Aunque para la capitana Rowenta no hay mucha diferencia.

Pero mi trabajo de corrección de estilo no acaba en la eliminación de errores. Posee mayores virtudes, ya que embellece el texto (sin dejar de respetar la obra original) y favorece la legibilidad. En cuanto a la gramática, me encargo de mejorar el orden sintáctico de algunas oraciones para evitar confusiones y hacerlas más claras. Suelo dejar recomendaciones o sugerencias para mejorar el texto y, si la oración no está mal, te lo indicaré. Así puedes decidir si prefieres quedarte con tu texto original, aceptar mi recomendación o reescribir a tu gusto la frase. Por ejemplo, si en una novela sobre ninjas del espacio me encuentro una frase como: «Las caderas de Ramona Tomoko eran como una cinta de Moebius repleta de curvas gaussianas», seguramente te diga que es lo menos excitante que he oído nunca, pero tú decides si quieres mantener esa metáfora que tanto te gusta sobre los atributos de Ramona. ¡Faltaría más!

También señalo o corrijo: palabras o expresiones que se repiten muy cerca o si haces abuso de ellas; cuando al leer adquiere una musicalidad extraña o se convierte en una invocación a Chtulhu; redundancias o pleonasmos que no aportan nada; exceso de adverbios terminados en –mente y gerundios; lugares comunes y metáforas repetidas hasta la saciedad, muletillas y vicios; etc. Por otro lado, encontrarás sugerencias y cambios para ampliar el vocabulario (tanto sinónimos como alternancia de conectores) y fórmulas para mejorar el ritmo.

Ortotipográfica

En la corrección de estilo hablaba del sentido de las palabras. Aquí, entre otras cosas, me fijo más en la forma correcta de escribirlas. Una palabra mal escrita puede ser una errata, un dedazo mal plantado o un lapsus; o puede ser un error recurrente. Mucha gente tiene arraigadas algunas patadas al diccionario que aprendieron de pequeños y no se dan cuenta de su incorrección aunque hayan aprendido a decirlo como es debido. He visto casos como ×sin en cambio (sin embargo contaminado por en cambio), ×discursión (discusión contaminado por discurso) o el clásico ×inflingir (infligir contaminado por infringir), que a veces pasan desapercibidos hasta para unos ojos atentos.

En cuanto a la correcta ortografía, entran también tildes, por supuesto. Las que sobran y las que faltan.

×Ella se canso de esperar. El, de que todo le de igual.

Parece una tontería, pero de vez en cuando sucede: nos comemos alguna tilde y no lo vemos porque todo nos parece estar bien. Y sí, en efecto, no hay ninguna falta de ortografía que haga saltar las alarmas del corrector de Word, pero hay varias cosas que un buen par de ojos entrenados te dirá. Lo más normal sería pensar que la versión correcta es «Ella se cansó de esperar. Él, de que todo le dé igual». ¿Recuerdas que dije que a veces la barrera entre ortotipográfica y estilo es fina? Pues aquí hay un buen ejemplo, porque la corrección de estilo tendría en cuenta que al hablar de «él» usamos el presente. El tiempo verbal de «ella», entonces, tiene más sentido que sea también presente por mantener la coherencia. Así que, si tuviera que corregir ese texto, lo dejaría de la siguiente manera: «Ella se cansa de esperar. El, de que todo le de igual». Y en el borde del documento te dejaría un comentario para que te asegures de si es cansa o cansó. Por todo esto, te recomiendo que no confíes solo en el corrector del procesador de textos y que contrates una corrección integral de ortotipografía y estilo.

Si no conoces la referencia, pincha para ver el vídeo.

Pero ahí no acaba la corrección ortotipográfica. ¿Cómo? ¿Que ya te he convencido? No, no. Espera. Vale, te suelto el brazo, pero escucha…

He hablado de la parte ortográfica, pero la parte tipográfica tiene en cuenta el correcto empleo de los recursos tipográficos como las comillas, cursivas, versalitas, rayas de diálogo, caracteres de puntos suspensivos, etc. Y, en conjunto, la ortotipografía también tiene en cuenta las mayúsculas, la grafía de símbolos, cifras, abreviaturas, y la unificación de estas características cuando exista flexibilidad en su empleo. Por ejemplo, no tiene sentido que los ninjas espaciales digan:

—¡La consola está ardiendo! ¡Se registra una temperatura de sesenta y cinco grados centígrados! —gritó Tomoko.
—¡Debemos bajar hasta 50 °C! —El ingeniero comenzó a soplar.

Que en el diálogo de Tomoko nos encontremos números y grados escritos con letras no es incorrecto, aunque en una novela de ciencia ficción donde se van a manejar ciertos tipos de datos no suele ser lo mejor (por no mencionar que lo apropiado sería decir grados Celsius). El ingeniero, a pesar de no ser muy despierto, utiliza cifras y símbolos, pero hay que mantener la coherencia y optar por una fórmula bien definida. Por otro lado, es muy frecuente que un escritor no sepa la manera más correcta de emplear ciertos símbolos. La mayoría de la gente escribiría «50ºC» y no se daría cuenta de un par de sutiles diferencias con respecto a cómo lo he hecho yo más arriba: un espacio de no separación fino entre cifras y símbolo; he empleado el símbolo de grado y no la letra voladita que viene en el teclado por defecto [º / ª].

¿Qué recibirás cuando termine?

¿Qué más puedes desear aparte de un texto recién salido del salón de belleza, limpio, reluciente y con olor a profesionalidad? Además de las correcciones, el documento trae numerosos comentarios con sugerencias y textos alternativos, entre otras cosas. Si hay confianza, también meto observaciones muy estúpidas que me hacen gracia. No me mires así. Tú también lo harías después de pasar horas releyendo textos en posturas que hacen salivar a un fisioterapeuta.

Tu flamante manuscrito corregido, por lo general, irá acompañado de un informe de corrección, que es un documento muy útil para complementar la información. En él verás varias secciones.

No todo el mundo sabe qué es la herramienta Control de cambios o cómo funciona, así que lo primero que hago en el informe es explicártelo. Te recomiendo que lo abras primero y le eches un buen vistazo. Así sabrás cómo manejarte entre los distintos cambios. Después verás una leyenda con las abreviaturas que empleo en los comentarios y qué significan los resaltados.

Te explico lo necesario para manejarte por los cambios.

Luego hay varias secciones sobre correcciones que he hecho y se han repetido con cierta asiduidad, las unificaciones que he llevado a cabo, observaciones, errores y recomendaciones. En estas secciones suelo ampliar la información o explico por qué he hecho algunos de los cambios y que en los comentarios resultaría muy farragoso. A veces adjunto citas o entradas de la RAE, ejemplos y cosas así, sobre todo con normas que entiendo que pueden suscitar la incredulidad del escritor veterano y, por tanto, hacerle pensar que me estoy inventando algo o que mis honorarios han pasado a convertirse directamente en briks de vino peleón. Mis ocasionales comentarios ridículos no son de gran ayuda para esto, claro. Para convencerte de que no me invento nada, al final del informe incorporo la bibliografía utilizada.

¿Esto una fantasía? Pues hay más. Si además de la corrección me encargas la maquetación, tu texto tendrá unos párrafos bien compuestos, con los sangrados y espacios adecuados, y pequeñas correcciones muy potentes que Word no puede hacer.

¿Hablamos?

Antes de encargar tu corrección

Abre tu documento y usa la herramienta Contar palabras. A diferencia del informe de lectura y la maquetación, para la corrección necesitaré el número caracteres con espacios que hay (lo que a veces oirás nombrar como matrices).

Otros datos a tener en cuenta son el género y la temática, fecha (en caso de necesitarla) y, por supuesto, si quieres un tipo de corrección o ambas. Ya te he dicho que es preferible una corrección integral, pero si tienes que quedarte solo con una, suele ser más necesaria la ortotipográfica.

Por último, es conveniente que me envíes una muestra para valorar el grado de intervención. Un capítulo o, al menos, unas cuatro páginas. Y a ser posible intermedio. El inicio siempre suele diferir del resto.

Ah, y si quieres, puedes activar el modo ridículo, lo que me permite comentarte tonterías de vez en cuando.

Pide presupuesto

Dime qué corrección quieres. Apunta el número de caracteres con espacios del texto, especifica género y, si es importante, para cuándo lo quieres.


El informe de corrección es de gran ayuda y muy profesional, así como los comentarios sinceros y espontáneos en el texto. Su trabajo supuso una gran mejora para mi texto final y tengo mucha más confianza en el material que saldrá publicado gracias a su intervención. Es un gran profesional con amplia experiencia, sumamente puntual y resolutivo. Siempre me ha hecho llegar buenas sugerencias y su trabajo es sumamente minucioso, algo necesario para la corrección de texto.

Liliana Pérez Miguel,
historiadora y docente.



Las correcciones son fáciles de seguir y está abierto a comentarlas.

Iván Caballero Marjalizo,
escritor.


La corrección de ortografía quedó perfecta. Excelente trabajo.

Nerida Ramírez,
escritora de libros infantiles.


Informe de lectura

Disecciono tu manuscrito, te señalo errores e inconsistencias, puntos fuertes, atractivo comercial y otros aspectos para asegurarte de que está perfecto para ser publicado. Además, a lo largo de tu documento encontrarás numerosos comentarios de lo más útiles.

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